viernes, 30 de noviembre de 2012

CATEDRAL DE SIGÜENZA

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CATEDRAL DE SIGÜENZA





Siendo Sigüenza una sede episcopal desde el S VI, según consta en las actas del III Concilio de Toledo, es conquistada por los musulmanes en el año 713, que se apoderan del territorio del obispado y la ciudad deja de estar bajo el dominio de la iglesia católica romana. Los caudillos musulmanes fueron crueles con los seguntinos, que sufrieron su tiranía y fueron esclavizados. Sigüenza perdió todo el esplendor y la riqueza de la que había gozado en tiempos de la Diócesis.
En el año 1121, Bernardo de Agén es nombrado obispo de Sigüenza por el arzobispo de Toledo, aun estando la ciudad dominada todavía por los árabes, y se le encomienda la misión de reconquistarla.
El nuevo obispo, y líder militar, consiguió la reconquista y volvió a instaurar la desaparecida Diócesis de Sigüenza en el núcleo inferior de la ciudad, que había sido cedido al obispado por el rey Alfonso VII. Tenían capacidad para dictar sus propias leyes y se les otorga el diezmo de Atienza y Medinaceli. Unos años más tarde, el rey decide unir ambas partes de la ciudad y cederlas al Cabildo Catedralicio.
La destrucción que los musulmanes habían llevado a cabo durante su mandato en la ciudad, propicia que el nuevo obispo inicie una serie de construcciones, entre ellas la nueva catedral que podrá ser financiada gracias a las generosas donaciones del rey Alfonso VII y del señorío de la ciudad.

Esta Catedral simboliza el poder y la divinidad de la iglesia católica, quien salvó los intereses de la Patria expulsando a los musulmanes de la ciudad. La Iglesia gozaba durante la Edad Media, época en que se construye la catedral, de un poder indiscutible, tanto político y económico como social. Este poder tiene su explicación porque durante aquella época el hombre era absolutamente teocentrista y a los sacerdotes se les consideraba “elegidos” de Dios en la tierra para guiar a los seres humanos por el camino del cristianismo, por tanto el miedo a no ser perdonados por ellos antes de morir y acabar en el Infierno era compartido por todas las clases sociales, incluso por la nobleza y la realeza. Con la excusa de “cumplir la voluntad de Dios”, la Iglesia Católica ha llegado a tener más poder durante la Edad Media que muchos de los reyes habidos durante esta época, llegando incluso a tener su propio Tribunal, capacitado para dictar sentencias hasta de muerte, sin que el Rey intercediera. Las catedrales son la iglesia principal de una diócesis, allí tiene su sede el obispo y durante la Edad Media en ellas no sólo se practicaba la religión, también se impartían enseñanzas y se elaboraban las leyes eclesiásticas y aquellas que los habitantes del territorio que dominara la diócesis habían de cumplir. Son las Catedrales, pues, el mayor símbolo de poder eclesiástico.

No queda muy claro en qué año se iniciaron las obras de la Catedral, una de las teorías que se barajan es que fue en el año 1138, año en que los terrenos que ocupa la Catedral fueron donados por el rey Alfonso VII.
Aunque fue Bernardo de Agén quien comenzó la construcción, se tardó varios siglos en finalizar y por tanto en esta Catedral podemos ver construcciones que pertenecen a diferentes estilos, según la época en que se edificara. Aunque mayoritariamente se trata de una construcción románica.

La planta tiene forma de cruz latina, posee tres naves y una cabecera con cinco ábsides semicirculares. Contiene crucero y capilla mayor con girola. Sus muros son robustos y macizos reforzados con contrafuertes, el material de construcción son piedras de sillería. El templo está iluminado por pequeños vanos abiertos en las arcadas y grandes rosetones. Las naves están divididas por grandes pilares con capiteles unidos sobre los que se apoyan arcos fajones y arcos formeros, de sus capiteles surgen los nervios de piedra que sustentan las bóvedas ojivales de crucería. Los típicos arcos abocinados románicos se pueden ver en sus vanos. Sus tres puertas principales también son románicas, aunque los tres arcos apuntados de los ventanales que hay sobre las puertas laterales y sobre el rosetón, muestran la transición al gótico de la obra.
La fachada principal aunque es románica contiene añadidos neoclásicos y barrocos. Forma tres cuerpos divididos por tres robustos contrafuertes y corresponde a las tres naves del edificio. A ambos lados de la fachada se elevan dos torres cuya finalidad en un principio fue defensiva.
En su interior se pueden ver más detalles de estilo gótico, como el claustro que contiene varias portadas platerescas que se comunican con las capillas. La capilla de San Marcos también es una muestra de decoración plateresca y el Altar de San Juan Bautista que contiene, además, un espectacular retablo barroco. El transepto izquierdo está considerado como la zona del plateresco por hallarse en él cuatro piezas fundamentales de la Catedral en este estilo. Todo el interior del edificio está decorado con una mezcla del románico, el gótico, el barroco y el renacimiento.
La Catedral de Sigüenza no es de las más majestuosas y espectaculares que construyó la Iglesia para mostrar su poder, pero sí es una de las más bellas y originales de España, su construcción se prolongó hasta el S XV motivo por el cual podemos encontrar la mencionada mezcla de estilos.

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