CATEDRAL DE SIGÜENZA
Siendo Sigüenza una sede
episcopal desde el S VI, según consta en las actas del III Concilio
de Toledo, es conquistada por los musulmanes en el año 713, que se
apoderan del territorio del obispado y la ciudad deja de estar bajo
el dominio de la iglesia católica romana. Los caudillos musulmanes
fueron crueles con los seguntinos, que sufrieron su tiranía y
fueron esclavizados. Sigüenza perdió todo el esplendor y la riqueza
de la que había gozado en tiempos de la Diócesis.
En el año 1121, Bernardo
de Agén es nombrado obispo de Sigüenza por el arzobispo de Toledo,
aun estando la ciudad dominada todavía por los árabes, y se le
encomienda la misión de reconquistarla.
El nuevo obispo, y líder
militar, consiguió la reconquista y volvió a instaurar la
desaparecida Diócesis de Sigüenza en el núcleo inferior de la
ciudad, que había sido cedido al obispado por el rey Alfonso VII.
Tenían capacidad para dictar sus propias leyes y se les otorga el
diezmo de Atienza y Medinaceli. Unos años más tarde, el rey decide
unir ambas partes de la ciudad y cederlas al Cabildo Catedralicio.
La destrucción que los
musulmanes habían llevado a cabo durante su mandato en la ciudad,
propicia que el nuevo obispo inicie una serie de construcciones,
entre ellas la nueva catedral que podrá ser financiada gracias a las
generosas donaciones del rey Alfonso VII y del señorío de la
ciudad.
Esta Catedral simboliza
el poder y la divinidad de la iglesia católica, quien salvó los
intereses de la Patria expulsando a los musulmanes de la ciudad. La
Iglesia gozaba durante la Edad Media, época en que se construye la
catedral, de un poder indiscutible, tanto político y económico como
social. Este poder tiene su explicación porque durante aquella época
el hombre era absolutamente teocentrista y a los sacerdotes se les
consideraba “elegidos” de Dios en la tierra para guiar a los
seres humanos por el camino del cristianismo, por tanto el miedo a no
ser perdonados por ellos antes de morir y acabar en el Infierno era
compartido por todas las clases sociales, incluso por la nobleza y la
realeza. Con la excusa de “cumplir la voluntad de Dios”, la
Iglesia Católica ha llegado a tener más poder durante la Edad Media
que muchos de los reyes habidos durante esta época, llegando incluso
a tener su propio Tribunal, capacitado para dictar sentencias hasta
de muerte, sin que el Rey intercediera. Las catedrales son la iglesia
principal de una diócesis, allí tiene su sede el obispo y durante
la Edad Media en ellas no sólo se practicaba la religión, también se
impartían enseñanzas y se elaboraban las leyes eclesiásticas y
aquellas que los habitantes del territorio que dominara la diócesis
habían de cumplir. Son las Catedrales, pues, el mayor símbolo de
poder eclesiástico.
No queda muy claro en qué
año se iniciaron las obras de la Catedral, una de las teorías que
se barajan es que fue en el año 1138, año en que los terrenos que
ocupa la Catedral fueron donados por el rey Alfonso VII.
Aunque fue Bernardo de
Agén quien comenzó la construcción, se tardó varios siglos en
finalizar y por tanto en esta Catedral podemos ver construcciones
que pertenecen a diferentes estilos, según la época en que se
edificara. Aunque mayoritariamente se trata de una construcción
románica.
La planta tiene forma de
cruz latina, posee tres naves y una cabecera con cinco ábsides
semicirculares. Contiene crucero y capilla mayor con girola. Sus
muros son robustos y macizos reforzados con contrafuertes, el
material de construcción son piedras de sillería. El templo está
iluminado por pequeños vanos abiertos en las arcadas y grandes
rosetones. Las naves están divididas por grandes pilares con
capiteles unidos sobre los que se apoyan arcos fajones y arcos
formeros, de sus capiteles surgen los nervios de piedra que sustentan
las bóvedas ojivales de crucería. Los típicos arcos abocinados
románicos se pueden ver en sus vanos. Sus tres puertas principales
también son románicas, aunque los tres arcos apuntados de los
ventanales que hay sobre las puertas laterales y sobre el rosetón,
muestran la transición al gótico de la obra.
La fachada principal
aunque es románica contiene añadidos neoclásicos y barrocos. Forma
tres cuerpos divididos por tres robustos contrafuertes y corresponde
a las tres naves del edificio. A ambos lados de la fachada se elevan
dos torres cuya finalidad en un principio fue defensiva.
En su interior se pueden
ver más detalles de estilo gótico, como el claustro que contiene
varias portadas platerescas que se comunican con las capillas. La
capilla de San Marcos también es una muestra de decoración
plateresca y el Altar de San Juan Bautista que contiene, además, un
espectacular retablo barroco. El transepto izquierdo está
considerado como la zona del plateresco por hallarse en él cuatro
piezas fundamentales de la Catedral en este estilo. Todo el interior
del edificio está decorado con una mezcla del románico, el gótico,
el barroco y el renacimiento.
La Catedral de Sigüenza
no es de las más majestuosas y espectaculares que construyó la
Iglesia para mostrar su poder, pero sí es una de las más bellas y
originales de España, su construcción se prolongó hasta el S XV
motivo por el cual podemos encontrar la mencionada mezcla de estilos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario